la senda del perdedor

     Solo pediré perdón por la estrofa otaku, de lo demás no me arrepiento de nada.




al recoger mi habitación
tampoco me esfuerzo demasiado
porque sé que en un par de días
volverá a estar hecha una mierda.
lo mismo me pasa con mi vida.

admiro a la gente que es capaz
de quererse a sí misma
durante más de tres segundos.

estoy cansado de escribir poemas
hablando de escribir poemas
y de lo difícil que es definir la poesía,
porque en el fondo a nadie le importa.

la muerte y yo tenemos una relación abierta
porque ella entiende que yo pueda
echarme siestas de seis horas
o pasarme las noches sin dormir,
y yo entiendo que ella pueda
matarme de sueño por las mañanas
o que a veces me entren ganas de vivir.

últimamente vaya a donde vaya
pienso en todas las formas
en las que podría morir,
y será que soy demasiado imaginativo
pero con tantas posibilidades
creo que tengo suerte de seguir vivo.

la única diferencia entre
mi vida y un anime
es que si viviese en un anime
no querría vivir en mi vida.

imagina a un señor sin rostro
sentado en un trono blanco
jugando con el móvil
con los pantalones bajados
y acabo de cagar en tu mente.

creo que es el momento idóneo
para renunciar al abecedario
y empezar a comunicarnos
mediante silencios incómodos.

evito pensar en el futuro
porque me agobia saber que
ningún futuro que imagine
va a ser como yo pensaba.

perder el tiempo es un arte
que llevo años perfeccionando
para aprender a apreciar
los pocos momentos que he ganado.

a lo mejor este no es mi mejor poema
pero tú tampoco has sido mi mejor lectora.

(01/03/2018)

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