esqueletos

mis poemas son el esqueleto de mis pensamientos.

aquellos que me permiten moverlos, modificarlos, mostrarlos.

antes de que nadie venga a joder la metáfora,

no están en el interior de ningún cuerpo.

son esqueletos que bailan y beben vino

al ritmo de las teclas de mi ordenador.

son esqueletos con sombrero y bastón

que saben todos mis secretos.

podríamos decir que cada poema esqueletiza un pensamiento,

pero estaríamos bastante lejos de la realidad.

para entenderlo: cada esqueleto es una torre de legos,

un conjunto de muchos otras piezas

que se han unido para formar la definitiva.

cualquier problema, idea, frase, lugar, persona, objeto,

puede convertirse en un hueso tangible y visible.

el cráneo de este en concreto que estás leyendo,

es mi pequeña obsesión por los esqueletos.

luego un fémur de inseguridad en uno mismo,

una clavícula de aburrimiento por la mañana,

toda una dentadura de experiencias traumáticas,

y otros doscientos dos problemas internos.

mis poemas están guardados en código binario

en los servidores de una aplicación para el móvil,

pero en mi cabeza viven en ataudes de colores

y salen de vez en cuando a hablar conmigo.

esto es metapoesía en forma de tejido óseo,

todavía no tenemos presupuesto para músculos

pero estamos trabajando en ello.

me gusta pensar que cada vez que leemos un poema,

este nos agarra del cuello mirándonos a los ojos.

dependiendo de quién lo haya escrito y por qué,

este nos puede dar una paliza, besarnos o solo mirarnos.

(06/12/2019)